Nuevo enfoque en la lucha contra el Alzheimer se centra en la proteína tau
Por ahora, estos tratamientos solo están disponibles en ensayos clínicos para pacientes seleccionados. Los investigadores subrayan la necesidad de elegir cuidadosamente a los participantes y monitorea…
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que provoca pérdida de memoria y dificultades para pensar, hablar o realizar actividades cotidianas. Actualmente, afecta a más de 32 millones de personas en el mundo, y se estima que esta cifra podría alcanzar los 153 millones para el año 2050.
Un grupo de científicos de Europa, Estados Unidos y Hong Kong publicó en la revista Cell un artículo que analiza la efectividad de los tratamientos en desarrollo para el Alzheimer, destacando el papel de la proteína tau como nuevo objetivo terapéutico. Esta proteína se acumula en el cerebro y está estrechamente vinculada con el avance de la enfermedad y el empeoramiento de los síntomas.
Cuando el olvido avanza
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. Se asocia con la aparición de dos proteínas dañinas: amiloide beta y tau. La amiloide beta inicia el daño cerebral, mientras que la tau lo agrava, contribuyendo a la pérdida de memoria y otras habilidades cognitivas.
Durante años, los tratamientos se enfocaron en la amiloide beta, sin lograr mejorar significativamente la vida de los pacientes. Por ello, la investigación actual se concentra en la tau, buscando frenar la progresión de la enfermedad y ofrecer esperanza a quienes la padecen.
Ensayos que abren nuevas oportunidades
Los investigadores revisaron estudios recientes sobre terapias experimentales centradas en la tau, incluyendo anticuerpos y oligonucleótidos antisentido (ASO), cuyo objetivo es reducir la proteína tau en el cerebro.
Entre los ensayos destacados se encuentra el de fase 2 con bepranemab (TOGETHER-trial), que involucró a 466 participantes. Este tratamiento logró disminuir la acumulación de tau y mejorar la memoria en algunos pacientes, especialmente en aquellos con niveles bajos de tau al inicio. Sin embargo, los resultados principales no fueron significativos para toda la muestra, solo para subgrupos específicos.
Otro estudio relevante es el ensayo de fase 1b de BIIB080, un oligonucleótido antisentido que redujo los niveles de tau en el líquido cefalorraquídeo y mostró tendencias favorables en pruebas cognitivas. Debido a estos resultados, la FDA de Estados Unidos ha priorizado su evaluación.
Uso de tecnología avanzada
Para medir los efectos de los tratamientos, los investigadores emplearon tomografía por emisión de positrones (PET), que permite obtener imágenes del cerebro y cuantificar la proteína tau antes y después del tratamiento. Esta tecnología ofrece la primera evidencia de que atacar la tau puede modificar la progresión de la enfermedad.
Los autores del artículo resaltan que iniciar el tratamiento cuando los niveles de tau son bajos puede ser más efectivo y recomiendan usar múltiples estrategias combinadas para mejorar los resultados en el futuro.
Por ahora, estos tratamientos solo están disponibles en ensayos clínicos para pacientes seleccionados. Los investigadores subrayan la necesidad de elegir cuidadosamente a los participantes y monitorear la respuesta con imágenes PET. También advierten que aún no se sabe con certeza cuánto debe reducirse la tau para generar mejoras significativas en la vida diaria de los pacientes.
Finalmente, destacan la importancia de realizar ensayos más amplios y en distintos países para confirmar la seguridad y eficacia de estas nuevas terapias contra el Alzheimer.
