El músculo esquelético se contrae en respuesta a señales eléctricas del sistema nervioso, que activan las proteínas de las células musculares y nos permiten movernos. El equipo exploró previamente cómo las contracciones del músculo cardíaco se ven afectadas por la temperatura, determinando que nuestro corazón puede contraerse de manera eficiente dentro del rango de temperatura corporal.