Niños con togas y amplias sonrisas, niñas vestidas con trajes blancos que armonizan con sus caritas angelicales, varones con trajes formales, ellos, todos, agarrando orgullosos sus diplomas; y al frente, abuelos y padres, madres y emocionados, completan el panorama que se vivió en la última graduación de los Espacios de Esperanzas (EPEs), programa de los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC) que buscan contribuir a que la educación infantil sea más sólida y que los niños tengan un impulso inicial que resultará fundamental en su educación futura de estos.