Según Helen Fishery sus colegas, la razón por la que el rechazo romántico nos engancha es que este tipo de rechazo estimula partes del cerebro asociadas con la motivación.
Según Helen Fishery sus colegas, la razón por la que el rechazo romántico nos engancha es que este tipo de rechazo estimula partes del cerebro asociadas con la motivación.