La procuradora Miriam Germán lloró en la sexta y última jornada de evaluación de los aspirantes a jueces del Tribunal Constitucional al recordar a su viejo amigo Antonio Jaime Taten Mejía, padre de una de las postulantes que era evaluada.
La procuradora Miriam Germán lloró en la sexta y última jornada de evaluación de los aspirantes a jueces del Tribunal Constitucional al recordar a su viejo amigo Antonio Jaime Taten Mejía, padre de una de las postulantes que era evaluada.