Tras la muerte de Benedicto XVI, los conservadores del Vaticano estarían llevando a cabo un “plan secreto” para someter al papa Francisco a una presión tal que le lleve a dimitir. Al parecer, el objetivo del plan es forzar la salida del pontífice mediante un estrés excesivo, según declaró la semana pasada un cardenal italiano al diario La Stampa. “El plan secreto se formulará sobre varios ejes y fases, pero tendrá un objetivo: poner el pontificado bajo tal tensión que Francisco tenga que dimitir”.