La ONG detalló que las niñas son excluidas de las actividades cotidianas y que “la cultura del silencio en torno a la menstruación también significa que los productos menstruales de calidad no suelen ser prioritarios como gasto doméstico».
La ONG detalló que las niñas son excluidas de las actividades cotidianas y que “la cultura del silencio en torno a la menstruación también significa que los productos menstruales de calidad no suelen ser prioritarios como gasto doméstico».